Hace doce años, Kevin Espinoza llegó a División El Teniente. “Soy de Rancagua, de toda la vida. Siempre me llamó la atención la minería, ni idea por qué, porque soy el primero en mi familia que trabaja en esto. Aprendí muchas cosas, todo lo que me ha llevado a donde estoy hoy”, dice. En 2015, tras sortear con éxito un proceso de postulaciones, ingresó a Codelco. Hoy se desempeña como operador en el área de Mantención y Reparación (o “MyR”, como le llaman ellos), en la mina Esmeralda.
¿De qué se trata tu trabajo?
Estamos a cargo de la mantención y reparación en todo el nivel: infraestructura, carpetas, calles, la mina en general. Vamos con el equipo y reparamos. Lo más común que nos toca hacer son las fortificaciones, reparaciones de piques, de puntos de vaciado, pero va dependiendo de lo que pase en el día a día, porque hacemos de todo, desde reparar el alumbrado a infraestructuras grandes, además de hacer los rescates de palas o equipos atrapados.
Si bien siempre hay reparaciones que salen en el momento, tenemos pautas de trabajo donde están las tareas que tenemos para la semana y para el mes, para cuidar los activos. Somos una cuadrilla de cinco personas, más el jefe, y nos vamos distribuyendo para hacer los trabajos, hacemos soldaduras, oxicorte, manejos de camión y cargadores telescópicos.
También soy parte de la cuadrilla de rescate, de la Brigada de Emergencia de Rescate Mina, así que parte de mi labor es estar pendiente a una emergencia para prestar ayuda.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Me gusta la mina. Estudié minería porque siempre me llamó la atención. Me gusta que nuestros trabajos son desafiantes y el proceso también.
¿Cómo llegaste a la División?
Fue en 2012, era mi primer trabajo, en una empresa que se llama RyQ, hacía inspección técnica en el Rajo Sewell. Hasta que en 2015 vi unas postulaciones y participé. Éramos 5.700 personas, fui pasando los procesos y entrevistas, hasta que quedamos 25.
Si bien era un objetivo estar acá, porque hay estabilidad, también las cosas se van dando dependiendo de cada uno, con tener un buen desempeño y una buena conducta.
¿Qué sientes que le ha entregado El Teniente a tu vida?
Trabajo, estabilidad y empleabilidad. En esta empresa me puedo proyectar y eso es algo que no todos pueden vivir. Y es un orgullo estar acá, para mí, para mi familia, para mi hijo, que ve todo lo que hago.
Mi hijo tiene 13 años, toda su vida ha visto a su papá trabajando en la mina, me pregunta y le llama mucho la atención, ve las fotos, ve cuando salimos en el diario, en la Revista El Teniente y eso es rico, porque ve todo lo que hace su papá y es un orgullo.
¿Qué mensaje de seguridad le entregarías a los trabajadores y trabajadoras de la División?
Primero que todo, hacer las cosas con seguridad, tranquilos, siempre apegados a los procedimientos, siguiendo el paso a paso de cómo hacer las cosas. El autocuidado acá es lo más importante y no saltarnos ningún paso, porque ahí están los accidentes. Hagamos todo con seguridad, un trabajo bien hecho, es un trabajo seguro.
Tenemos labores que, si bien pueden ser complicadas, si las hacemos paso a paso, respetando los procedimientos, nos da la seguridad a nosotros, a los compañeros y a las familias. No hay que improvisar.
¿Qué significa para ti trabajar en Codelco, empresa que entrega sus excedentes a todos los chilenos y chilenas?
Para mí es un orgullo estar acá, ser parte de esta empresa y ser un aporte al país, a las personas, a mi familia. Siempre me levanto con el orgullo de pertenecer a Codelco. Espero seguir creciendo acá en la empresa y ser aún más parte, día a día, de El Teniente.